¿Debe Una Persona Casada Tener Un Amigo Cercano del Sexo Opuesto?

La Biblia no prohíbe la amistad entre un hombre y una mujer. Sin embargo, como cristianos, hay algunos principios que sería prudente escuchar o seguir.

Las personas casadas especialmente, necesitan ser cautelosas de las amistades con miembros del sexo opuesto porque El enemigo vino a destruir, robar y mentir. Y en muchos casos, esto tambien él lo aplica en el matrimonio. El enemigo es feliz cuando él puede destruir un matrimonio y por ende, lo que estableció Dios, la familia.es más probable que surjan tentaciones cuando hay problemas conyugales.

Si el mejor amigo de un hombre es una mujer que no es su esposa, es probable que comparta estos problemas con ella, lo que puede llevar a un apego emocional poco saludable. Lo mismo se aplica a una mujer que tiene como mejor amiga a un hombre que no es su esposo. Es aquí donde el enemigo puede meter sus garras y provocar problemas en tu matrimonio. Y sobre esto, se han visto muchos casos.

La mayoría de las personas casadas no salen intencionalmente a buscar un interés romántico fuera de su matrimonio, pues ellas saben la importancia de su promesa ante Dios. Es más, muchas personas dicen: “Yo no quise que esto pasara” solamente paso y no entiendo porque! Esto es verídico, pues el enemigo causa ceguera espiritual que tú por muy cristiano que seas, puedes caer. Nadie está exento. Pero si tú permites que el diablo juegue con tu mente y con tus emociones,  y piensas “esto es solo un juego”; estarás jugando entre las mismas llamas del infierno.

No saben ustedes las veces que han venido a mi oficina mujeres en la iglesia buscando consejos, pues han caído en una situación que si el esposo se entera, su matrimonio y su familia, se destruiría. Todas estas cosas que pasan no pasarían, si tuviesen una relación transparente con su conyugue. Y aunque pueden tener amistades del otro sexo, estas no sean “intimas” para evitar cualquier situación. Estas amistades deben siempre tener presente y estar presente, la pareja de cada persona. No dejar quedarse solos en ningún momento. O dar una confianza mas allá de lo normal.

Mi esposo y yo siempre nos hemos cuidado de esto. Hay un dicho: “Es mejor precaver, que lamentar.”  El enemigo es muy sutil, y conociendo sus artimañas es que nunca le hemos permitido el venir a robarnos lo que Dios estableció, nuestro matrimonio.

Muchas de las mujeres que yo he tenido que aconsejar, o que mi esposo ha aconsejado, nos han dicho lo mismo:

·         - Me sentía que ya no era joven

·         - Pensaba que ya no me querían

·         - Me sentía sola o solo

Estas son todas mentiras del enemigo para causar traumas en la relación.

En todas las sesiones de consejería, les compartimos que todas esas excusas eran solamente artimañas y mentiras del enemigo para que ellos cayeran en una situación que podía poner en peligro su matrimonio.

Aun los matrimonios que son fundados en la Fé de Cristo han atravesado situaciones difíciles y no han estado exentos o inmune a las tentaciones extramatrimoniales. Por esta razón la Biblia no nos dice que permanezcamos cerca y tratemos de luchar contra la tentación, sino huir de ella. - 2 Timoteo 2:22 “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”

Tratar de luchar contra la tentación parece ser especialmente difícil cuando se trata de asuntos del corazón o las lujurias de la carne. 1 Corintios 6:18 “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca.”

Este versículo nos dice que necesitamos huir del pecado sexual porque es más fácil correr de él, que quedarnos desafiando que podemos combatirlo peleando y ganar.  Nunca lo ganaremos, pues las emociones están débiles. Y aunque somos creyentes, la razón, no está presente.

Parejas casadas deben evitar cuidadosamente ponerse en situaciones comprometedoras cuando se trata del sexo opuesto. Si son visto juntos en público, puede tomarse de una manera equivocada o dar mal impresión y por ende, causar situaciones en el hogar que no son necesarias.

Mujer no permitas que el querer mantener amistades del sexo opuesto manche tu testimonio y tu matrimonio. Si eres casada, no tienes ninguna necesidad de ser “amiga” del sexo opuesto. Tu “mejer amigo” debe siempre ser primeramente Cristo y después tú esposo. Esto es lo más sensato, prudente y correcto.

Si sientes que necesitas dirección, o que estas estancada en tu relación sentimental, busca ayuda profesional. No busques ayuda en el sexo opuesto. Ellos no son personas son profesionales o expertas en el tópico. Para eso existen los pastores, psicólogos cristianos, etc. y nunca, nunca busques ayuda en “amigas o amigos” pues es más que seguro, que los consejos que te den no sean los mejores. Es mejor buscar ayuda profesional, pues ellos si saben de lo que están hablando.

La mejor ayuda para las parejas son las tres siguientes:

·        Orar sin cesar, (creyéndole a Dios)

·        Leer la Palabra, (creyéndole a Dios

·        Buscar ayuda profesional (permitiéndole a ellos ayudarte y creerle a Dios)

Lo mejor que una persona casada debe de hacer, es mantener su relación con su conyugue siempre transparente y sin miedo de compartir sus sentimientos. Mi esposo y yo siempre hablamos muy claramente de todo lo que nos puede causar situaciones. Somos muy buenos amigos y no permitamos que ninguna persona se traspase de una “amistad intima.”

Mujer has tú lo mismo. Honra al Señor con tu comportamiento, respeta tu pareja, y nutre tu vida matrimonial y familiar en todo aspecto. Veras que no solo Dios les bendecirá, sino que su unión será más fuerte cada día y el enemigo, huira como dice el Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

Recuerda que tu propósito es el vivir una vida transparente delante de Dios, y si alguna vez tuviste una situación en tu vida, ya Dios te perdono y te dio la victoria.

Ahora levántate, sacúdete y toma tu autoridad como lo que eres….

“Eres Princesa de Dios y Naciste Para Reinar”

-Dra. Sarah Barek