Tuesday, September 17, 2019


Protegida Por Dios del Enemigo

“Líbrame de mis enemigos, Dios mío; ponme a salvo en lo alto], lejos de los que se levantan contra mí. - Salmo 59:1

Natalia se apartó bruscamente de la mesa de la sala de descanso y arrugó su bolsa de almuerzo en sus manos. Levantándose, arrojó  su almuerzo a la basura. “Mis compañeros regresaran pronto” pensó ella. Suspirando contemplo esa idea. Ya ellos no la trataban cariñosamente.

Su nuevo trabajo parecía un sueño realidad, por lo menos al principio. Pero luego sus compañeros empezaron a excluirla de sus conversaciones. Cada vez y más a menudo se reían de sus bromas privadamente, pero cuando Natalia intentaba unirse con ellos, la conversación se detenía por completo. Luego existían aquellos rumores.

A poco tiempo de haber sido contratada en su nuevo trabajo, el equipo de Natalia comenzó a especular sobre la administración. Los chismes sobre la vida personal de su jefe descarrilaban la agenda en casi todas las reuniones de planificación.
Natalia no sabía cómo manejarlo, y mucho menos como detenerlo.

¿Alguna vez te has sentido como Natalia? ¿Alguna vez te has sentido entre lo que sabías que era correcto o no, pero querías ser parte del grupo? Quizás repetiste un chisme o pasaste un rumor a otros, solo para ser parte del grupo. Querías que te aceptaran como parte de ellos…

Chismes, mentiras, insinuaciones, rumores. Todas sabemos que son incorrectos. Pero muchas veces, como Natalia, nos sentimos bajo ataque. Anhelamos protección contra la tentación, incluso mientras inventamos excusas para justificar unirnos a ellos. En momentos así, el Espíritu Santo nos recuerda:

“Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes[a] de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. - Efesios 6:12

Satanás es verdaderamente nuestro único enemigo. Los seres humanos que nos rodean no lo son. Cuando somos tentados, podemos correr a refugiarnos bajo la sombra de la cruz de Cristo, la cruz donde Jesús luchó contra la tentación y venció el pecado por nosotros. La cruz donde nuestro Salvador aplastó el poder de Satanás, para siempre. Por siempre.

En la cruz, estamos perfectamente protegidos. Nuestro Salvador lucha por nosotros, incluso mientras trabaja en nosotros, transformándonos cada vez más a su propia imagen.

Tu que sabes y has visto el poder de Dios en tu vida, deja que Él te guíe, te encamine y deja ya las cosas que el mundo te pueda ofrecer. De lo contrario, nunca encontraras la verdadera felicidad. Te encontraras con grupos, personas y si, aún amistades cercanas que te desviarán de tu propósito, de tu familia, y destruyen en ti lo que Dios ya te ha prometido. Seamos realistas, ellos no tienen la culpa, pues no conocen a Dios o el Poder de Él, pero tú sí. Entonces también es tu culpa, pues hay un gran refrán que dice: “dime con quién andas y te diré quien eres.”

Entonces, mujer, aprende a escoger tus amistades, tus grupos de trabajo para que estos no te descarrilen de tu propósito, de tus promesas y de tus bendiciones. De lo contrario, te volverás como ellos, y tu victoria se convertirá en un proceso doloroso hasta que tú te des cuenta, que lo que verdaderamente vale es lo que Dios piensa y lo que Él quiere para ti. Si te alejas de personas como estas y te anclas en Él, siempre serás protegida por Dios del enemigo. Como dice - 1 Samuel 15:22 “Es mejor obedecer que lamentar”….¿no lo crees?

“Eres Princesa de Dios y Naciste Para Reinar”
- Dra. Sarah Barek

www.mujeresunidasinternacional.org

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