¿Somos Ayuda Idónea?
Muchas veces nosotras somos vistas como el sexo débil cuando en realidad somos hechas de un
material fuerte y lleno de bendición. Cuando Dios nos creó, fue con el
propósito der ser no solamente una ayuda idónea, pero una mujer de calibre y
eficaz.
Dios en Su infinita
sabiduría, nos hizo a Su imagen y semejanza. Nos imprimió con su hermosura, dándonos
la importante encomienda de juntamente administrar con nuestros esposos para
multiplicar y prosperar todo lo que Él nos ha dado.
Para poder funcionar
según por lo que fuimos creadas, Dios nos hizo con características, dones y
habilidades que al hombre le ayudarían para funcionar en su llamado y propósito
como sacerdote del hogar. Lo cual nos ayudará para ser una pareja y equipo perfecto.
La Biblia nos enseña
que el Señor nos creó con una bendición especial. Podemos llevar y transmitir
vida. Esto no solamente se refiere en lo que es dar vida en lo físico, pero
tambien en el poder transmitir vida por medio del amor y la enseña de los
valores establecido por Dios al habernos creado.
El ser mujer no
quiere decir que somos perfectas, más bien como creyentes, debemos de imitar y
aprender de las mujeres de la Biblia. Por medio de la Palabra de Dios, podemos
aprender que cada una de estas mujeres son muy semejantes a nosotras y podemos confirmar
que sus historias y tramas nos revelan que sus vidas, no son muy diferentes a
las nuestras de hoy en día. Todas ellas, al igual que nosotras, hoy enfrentaron
la inseguridad, el dolor, el miedo, el sufrimiento, la superación, la familia,
en fin, un sin número de situaciones que aun hoy las vivimos. Lo que si debemos
de hacer, es establecer prioridades, orar y no cometer los mismos errores.
Esta más que claro
que Dios nos perdona y restaura, pero siempre cerciorándonos en no volver a
caer en esos errores nuevamente. Aun en medio de dichas situaciones, Dios anhela que toda
mujer experimente Su ternura, Su perdón y conozca el verdadero significado de ser
bendecida y reinar con toda autoridad.
Hoy día, la mujer esta
programa a vivir y actuar como si ella tuviese su propia posición y esperan ser
reconocidas por lo que hacen. Es más, aun en algunos casos, mujeres en el
pastorado que trabajan y funcionan juntamente en el pastorado con su esposo, se
olvidan que él sigue siendo el sacerdote de su hogar y por ende él es el Pastor
y la cabeza, y se ponen al mismo nivel que él y no es así.
Sea en la casa o la
iglesia, la mujer debe ser una mujer sometida y sujeta a su esposo. He visto
como algunas mujeres se ponen el sombrero de pastoras y atropellan a muchas
personas, incluyendo a su esposo y eso, está fuera de orden.
Primeramente, estamos
para servir al pueblo de Dios con amor y respeto y segundo estamos para honrar
y ser de ayuda idónea a nuestros esposos. Tenemos y debemos dar el ejemplo ante
otras mujeres como ser una verdadera mujer llamada y capacitada por Dios como
esposa y aun como líder en la iglesia. En mi caso, yo tambien soy “Pastora”
pero no dejo de reconocer que tengo que ver y asistir a mi esposo como lo que él es, “un sacerdote, llamado por Dios.”
Con esto, no quiero decir
que soy una mujer sin decisión o sin carácter, pues tengo ambos, y los que me
conocen saben que es así, pero reconozco que Cristo primeramente me hizo como
ayuda idónea, me llamo al ministerio para ayudar, para capacitar y bendecir, no
para yo tomar el lugar que le pertenece a él como Pastor principal y hombre de
Dios. Esto tampoco dice que no tomemos decisiones, pues tambien me ha tocado
tomarlas, pero que el comportamiento sea de respeto y honra. Seamos para otras
mujeres un testimonio vivo de como verdaderamente quiere Cristo que seamos y le
modelemos a Él. Solo así podrás demostrar Su poder y Su honra.
Eres Princesa de Dios y Naciste
Para Reinar!
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Dra. Sarah Barek
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